ASPE por Raul Simon Franco
Aprovechando que las previsiones del tiempo son perfectas, mi ya habitual compañero Sergio Pastor y yo decidimos subir el Aspe (2645 m), por su corredor NE desde el parking de Candanchú, ya que la ruta de bajada va a ser por Loma Verde y el recorrido se alargará bastante.
Estábamos preparados para subir con nieve desde el propio parking, sin embargo esta no aparece hasta la base del pico, lo que hace más rápida nuestra marcha y nos permite subir a buen ritmo.
Una vez en la base, ascendemos por una zona de nieve algo helada en la primera capa y blanda por debajo. A partir de aquí, el resto del camino hasta el final del corredor, lo hacemos con crampones y el piolet en la mano.
Justo al inicio del corredor, nos encontramos un grupo de montañeros que suben desde Rioseta, los cuales se echan atrás por no llevar el material adecuado para enfrentar el siguiente tramo.
Empezamos la parte difícil de esta vía con zonas de hasta 55 grados de inclinación, lo cierto es que con la vista en el suelo y un paso tras otro, llegamos a la antecima casi sin darnos cuenta. De aquí y hasta la cima, dejamos el material atrás y recorremos el tramo que nos queda con lo justo, que en mi caso, como consecuencia de mi baja visión, incluye mis dos bastones que siempre vienen conmigo ya que me resultan de gran ayuda.
Una vez en la cima, nos hemos ganado un buen almuerzo. A pesar de mi falta de agudeza visual, puedo percibir la sensación de amplitud y superación que siempre regala una cima.
Descendemos por la cara sur, hacia la brecha del Aspe, para llegar a Loma Verde y seguir el camino de vuelta hacia la cueva de “los contrabandistas”, pues sabemos que es la referencia del paso de la ruta. El camino se hace muy duro, ya que se trata de una enorme morrena con unos centímetros de nieve cubriendo las piedras sueltas. Son numerosos mis traspiés, pero afortunadamente, sin consecuencias.
Tras varias horas, pasamos por la cueva y afrontamos los últimos metros por un bonito bosque que nos acompaña hasta el final de la ruta.
Mi conclusión como discapacitado visual es que es un ascenso asequible con una buena condición física y el material adecuado, que requiere el apoyo de un guía sobre todo en determinados puntos del descenso. Animo a las personas en situación parecida a la mía, ya que la fama del ascenso al Aspe es muy merecida.
0 comentarios